José Manuel Osores Becerra (20/06/1989 - 31/01/2011)
somos libres al escribir
Las calles son amplias, si nos hacemoss pequeños. Si nos volvemos humildes observadores, y la vida nos enseña las cosas metódicamente, segundo a segundo. Nos llenamos de información, nos encendemos eternamente para propagar nuestras vidas a los que, por curiosidad/suerte/obligación, pasaron de frente/al lado/por detrás de nosotros...
Hace casi 22 años, estábamos cimentando las bases de la nueva democracia, tras 17 tormentosos años de dictadura. Hace casi 22 años, Fredy Mercury aún luchaba por prolongarse un poco más, peleando contra un flagelo mortal que ha sido (hasta el día de hoy) sentencia ineludible de muerte. Hace casi 22 años, aún no se conformaba la Comisión Nacional por la Verdad y la Reconciliación, que entre sus actos, presentaría el informe Rettig, para buscar y sentenciar crímenes de lesa humanidad y violaciones a derechos humanos, en Chile.Hace casi 22 años, el Dalai Lama recibe el Nobel de la Paz, en la defenza pacífica del tíbet del acérrimo ataque del régimen maoista.
Hace todo ese tiempo, éramos solo criaturas, bebés, que ni idea de la vida teníamos, y que ni teníamos en cuenta lo que iba a suceder con el mundo... quizá qué gente íbamos a conocer, qué acciones moverían a nuestros corazones respirar, sentir, amar, entre otras energías... nacías, para demostrar (quizá sin perdirlo) que un ser humano tiene la fuerza suficiente para encarar al mal, y soportar dolores injustos e indescriptibles. naciste, viviste como todo niño debía vivir, quizá jugaste, yo no lo supe, quizá no. Nadie te dijo que a temprana vida, tendrías una guerra, una lid enorme, que combatirías piel a piel, de frente, de cara, con el dolor, con la muerte, con el miedo, la desesperación.
Viviste y quisiste imponerte, en tu modo, a los designios indecifrables de Dios. Ese ser que tiene infinitas formas de educarnos, y algunas veces, de plantarnos en nuestro destino, aunque luchemos contra él... Viviste con alegría, es verdad, porque para dar una sonrisa cuando el cuerpo quiere solo llorar, tenías que ser alegre, y aceptaste gran parte de las implicancias.
No puedo creer que no te vuelva a ver, ni conversar, ni a recordar leseras, ni a proyectarnos en el caminar.
Hermano de mi alma, quizá te dejé muy solo, y pude haberte visitado más, llamado más. No fue, y lo siento con toda mi alma...
Gracias por aparecer en mi vida, y acompañarme, aun si fue breve, fue precioso e inolvidable.
Besos hacia tu morada, junto a las estrellas ;)... ahora caminas entre los justos de toda la humanidad...
...nosotros, los demás mortales, seguiremos sobreviviendo a nuestras batalla cotidianas.
Hasta Siempre, Shogolo!!!!!