miércoles, 21 de octubre de 2015

Carta Informal de informe.


A don Cesio:

Me pidió noticias de la zona en donde estoy. Creo que no le van a gustar mucho. Se sorprenderá de lo poco que quiero seguir en esto.

Para empezar, tropiezo todos los días con la intranquilidad del fracaso, que es una tortura diaria, donde todos tienen todas las horas y me exigen no quejarme por mi medio tiempo. Las busco y no las encuentro, o no me convienen NADA. Las que he logrado tomar, me hacen ver como una inútil, y eso que hago esfuerzo mental, pero las ideas no surgen. Me siento una descerebrada, don Cesio. A todos se les ocurren ideas, las llevan a práctica y les resultan aunque sea un poco. A mí, como si hubieran sido tonterías. Como si no supiera nada por lo que he estado estudiando. Y de hecho, cada vez que estudio, nada me queda, nada, como si tuviera una esponja en vez de cerebro, y ésta no absorbiera mas nada. Gasto inútilmente dinero en cuanta lección usted me ha visto, y nada. ¡Nada!

Le cuento que ya descubrí mi mejor habilidad, la que nadie puede superar. Tenía tantas ganas de encontrar al menos una para regocijarme y poder mostrarla a todos sin sentirme petulante. Puedo sacar lo peor, las peores cosas, conductas y deseos, de los niños. No hago nada para ello, solo sucede. Solo se cansan de mí, haga lo que haga, y me miran despectivamente. Solo se burlan de mí, e intento acercarme amablemente, con cariño REAL, porque yo siento cariño, y no. "Tú, sí, TU, no eres bienvenido porque NO y punto" parece decirme la vida. Y los niños.

Tengo ganas de saber porque lo que me ha sucedido en mi vida personal no me afecta tanto como estas cosas. Simplemente pasaron y ya. Ya volteé la página, adiós. Pero esto de trabajar con frustraciones a cada instante, a cada minuto, me agobia. No encajo, nuevamente, todo lo que hago, mas que antes, a la gente le importa un rábano, siempre hay alguien más interesante. Ni toman en cuenta mis chistes, se me han fugado las ganas de hacer humor cotidiano para amenizar el día, como me pasaba en otros lados. Qué cosa tan frustrante.

Siento que no aporto aquí, que no soy nadie aquí, que cada cosa que hago alguien más podría hacerlas mejor, o por lo menos con más éxito.

Tengo ganas de irme de este mundo, luego, luego, para no seguir teniendo esta sensación ta agobiante de fracaso, donde todos parecen moverse, y yo no. Y principalmente, para no seguir sintiéndome una carga para todos, un ente para sentirse poco agradados teniéndolo cerca.

¿Qué puedo hacer?

Agradecería su respuesta.

atte,

Su Subejecutora.

Meshaloore, 2008.

somos libres al escribir