domingo, 6 de diciembre de 2009

Empinadas cuestas

Me caiste pésimamente mal. Lo sabes también, y si lo dudas, vuelve a mi oficina y te lo explico con detalles. De hecho, fuiste parcialmente idiota conmigo, si realmente fuiste alguien. No te bastó con tirar lejos el mojito que te habíamos preparado con sumo cuidado, con delicada fascinación por los tragos exquisitos. Y nada, mirabas tu reloj barato como si esperaras que llegase de una vez por todas el tiempo y te fueses a otro lado. "No me gusta", digiste, y ni lo probaste. Qué gran descerebrado eres. No creo que sea el trago el que me haya hecho pensar así de ti. Aunque dudo que se pueda rescatar algo más de esa noche de locos, en que después de todo no la pasé mal, porque iéndose este pelotudo, llegó la verdadera diversión. Pero no recuerdo nada más.
si al menos no hubieses sido tan guapo. ¡Qué maldita confusión! /Sudorosos dedos hacen estelas de sudor en la epalda titubeante. Se parecían a bailantes de tango luchando por sacar las chispas del piso, y realmente parecían un espejo curvo y ondulado hacia los cielos. La menta inundaba el cuello firme y suave del muchacho, como vahos de nubes nocturnas, mientras un susurrante desepero despertaba las miradas.../
Amanecí con un cojonudo dolor de cabeza. Miré donde dormía, y gracias al cielo era mi propia cama. Mi amiga quizá no tuvo la misma suerte. No la ví más desde que iéndose el canalla un hombrecito de piel canela nos dijera que mejor que el trópico era la luz candente de París. Me reí a mandíbula batiente, recordándole que si estaba en este país el trópico lo debía recorrer en dólares, chico, que no está tan cerca como para hacer comparaciones desubicadas. Mi amiga me miró, y dio su perspectiva. "Nos invita a otro ambiente, querida, a salir de esta stasis nocturna. Vale, vamos". Me dispuse a reir con chistes sin sentido, vagar por las calles llenas de zancudos, que válgame Dios, Chile abunda en parásitos indeseables, y nos colgamos del aventurero de paso. Repentinamente me quedé muy lejos de los pasos equívocos de la nueva pareja, y de reojo supuse que si me metía en medio, aparecería el sol sin remedio.
Creo que en ese momento, el celular se me hizo el cielo, porque vibró. "Oye ¿Dónde estás?... Vale... Te gustaría pasar por mi departamento?". Bah. Y me disculpé sin más.
/Se fue cumpliendo el caos prescrito. Eran primitivos al moverse, y el suelo se volvió una marejada tormentosa de invierno, con temperaturas de verano, y él se sumergía, inundado de un miedo clásico a dejar de nadar. Ella se dejaba salar, se abría, se cerraba, como si el mar y ella fuesen la misma sustancia, el mismo sentimiento, la misma venganza. No existían Tic Tac para detenerles, bailando para no caer, y cayendo de todos modos y sin remedio.../
Me acabo de percatar que mi celular se ha quedado en el departamento de aquél salvador... Pero no interesa nada, porque volví sana y salva.
Me preocupa ahora dónde se encontrará mi amiga...
Uy!
somos libres al escribir

domingo, 11 de octubre de 2009

Se lo propongo ahora...

Eran las dos y media. se sacaban la ropa lentamente, mientras corríamos hasta las oficinas interiores. No se daban cuenta de los intereses externos. Sólo sabían que sría la única vez que se podrían sentir cercanos en ese sentido, cercanos, piel a piel, rozándose en un frenesí. Ella agradecía al ser que albergó la vida que hoy le daba esas caricias, esos besos, esos empellones de agonía./es increible, que lo piense y cada vez me convenza más que todo esto debió pasar, y simplemente, porque si no hubiera tenido el valor de referirme sólo por ser al tema, estarías en otras cosas, quizá nunca te hubieras fijado en mí como la mujer que soy, fea e imprecisa, pero mujer al fin y al cabo... porque realmente no puedo dejar de pensar que te agradeceré eternamente haberme tocado como lo hiciste, por fugaz y efímero que fuera tu abrazo, por lo nada de compromisos que se arrastrase hasta aquí.../ simplemente necesitó proponerselo, y ella se preguntó cuál era realmente la idea que le había tocado decir hace tantos jueves atrás, cuando el frío impedía ver la piel en su tono natural. Sus ojos claros, sin caer en fetiches, siempre le habían parecido algo interesantes, pero nunca habían sido parte de esa obsesión que cada día, en cada segundo, se le introducía por todos los poros. Sin misericordia. Placer después de todo. Placer. Una instancia solos. Sin cómplices realmente, porque nadie era aún al tanto capaz de saber que hubiera sucedido en donde estaban, moviendose como nunca antes, y nunca después. Sin decirse nada, por inmadurez él y por aguantarse la vulgaridad ella./que mirada tan abasalladora tienes, hermosa, preciada, clara y brillante... una sonrisa enfermizamente cautivante... unas manos horrorosas, pero firmes, acariciadoras, misericordiosas en todo aspecto... te amo... y nunca lo sabrás.../se colocaron sus ropas después de todo, y cada cataclismo se encerró en cada baúl, los ensueños se esfumaron como vaho de amanecer. Ya no había más nada que hacer, ni que decir... Para cuando volvimos, como dos semanas después, la noticia nos dejó lelos. Había sido una tragedia. Lisa y llanamente, no se sabía porqué las persianas habían sido destrozadas, las ventanas altas quebradas, y se escuchaba sin encontrar la fuente una música estruendosa. Tuvimos que sortear los obstáculos de una mueblería desperdigada por los suelos, para fijar los ojos en el horror.... su cuerpo ya no tenía la forma humana que siempre había valorado. Era un amasijo de huesos, músculos a medio podrir, y la vista fija hacia el cielo, con una mirada de espanto eterno. Se había lanzado al vacío, y creemos que sólo fue porque dejó de existir lo que tenía sentido para los dos. Simplemente Jaque Mate.-
somos libres al escribir