Si yo pudiera escribirte una carta, lo haría de algún modo... desesperado
Porque no tengo el tiempo a mi favor, ni somos de la misma época, que pudiera facilitarme los modos, las palabras, las circunstancias, para poder entregarme a mis sentimientos y por fin, conseguir que se entienda el fondo, la intención y todas las aristas de mis palabras.
Me molesta tener que asumir que eres parte de las cosas que me frustran, aun no siendo cosa sino persona, porque perteneces a ese grupo de gente que desde el inicio entra con alfombra roja a mi vida sin darse cuenta y sin hacer esfuerzo. Y más aún, que de la misma forma en que entraste, saliste. De improviso, y sin motivos aparentes, o sin más, no hay conversación previa, no hay forma de anticipar que de un día para otro, habías inclinado la balanza por tu cuenta y pensaste que tu ausencia no iba a generar impacto.
Y me imagino miles de motivos que para gente de otras épocas son insuficientes, pero si nos ponemos tus zapatos, intuimos las causas que generan tus reacciones, y podemos quizá acercarnos a toda la coyuntura que culminó con tus zapatos en tu pieza y no en el lugar de encuentro, con el resto de nosotros preguntándole a alguien por ti, y que ni esa persona pudiera responder porque ni él puede saber... o sí puede, pero no quieres iniciar esa conversación.
Se hace difícil poder descifrar cada una de esas cosas. Quizá quieres volver a intentarlo con tus estudios, quizá te enamoraste y no te dejan en paz con las mismas preguntas incómodas que a mi me hicieran hace años, cuando tenia tu misma edad. Quizá no somos más que un montón de gente a medias que no representamos la contención que nosotros sí hemos encontrado como grupo, y no aguantaste más en un momento de muchos temas por dilucidar que nunca te pregunté, y, de algún modo, hay gotas que rebasan vasos sin que podamos saber de dónde caen.
Uno no elige ser amigo de otros, pero yo te sentía como mi amigo.
Y duele cuando un amigo sin más se va.-
somos libres al escribir
Porque no tengo el tiempo a mi favor, ni somos de la misma época, que pudiera facilitarme los modos, las palabras, las circunstancias, para poder entregarme a mis sentimientos y por fin, conseguir que se entienda el fondo, la intención y todas las aristas de mis palabras.
Me molesta tener que asumir que eres parte de las cosas que me frustran, aun no siendo cosa sino persona, porque perteneces a ese grupo de gente que desde el inicio entra con alfombra roja a mi vida sin darse cuenta y sin hacer esfuerzo. Y más aún, que de la misma forma en que entraste, saliste. De improviso, y sin motivos aparentes, o sin más, no hay conversación previa, no hay forma de anticipar que de un día para otro, habías inclinado la balanza por tu cuenta y pensaste que tu ausencia no iba a generar impacto.
Y me imagino miles de motivos que para gente de otras épocas son insuficientes, pero si nos ponemos tus zapatos, intuimos las causas que generan tus reacciones, y podemos quizá acercarnos a toda la coyuntura que culminó con tus zapatos en tu pieza y no en el lugar de encuentro, con el resto de nosotros preguntándole a alguien por ti, y que ni esa persona pudiera responder porque ni él puede saber... o sí puede, pero no quieres iniciar esa conversación.
Se hace difícil poder descifrar cada una de esas cosas. Quizá quieres volver a intentarlo con tus estudios, quizá te enamoraste y no te dejan en paz con las mismas preguntas incómodas que a mi me hicieran hace años, cuando tenia tu misma edad. Quizá no somos más que un montón de gente a medias que no representamos la contención que nosotros sí hemos encontrado como grupo, y no aguantaste más en un momento de muchos temas por dilucidar que nunca te pregunté, y, de algún modo, hay gotas que rebasan vasos sin que podamos saber de dónde caen.
Uno no elige ser amigo de otros, pero yo te sentía como mi amigo.
Y duele cuando un amigo sin más se va.-
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