jueves, 29 de mayo de 2014

Carta abierta a todo el mundo

Y de nuevo, a veces, me recuerdo como una persona algo creativa, abierta, capaz de difundir energía positiva y alegrarle el día a alguien más...
Bueno, eso, hasta que algunos alcanzaron la edad de la razón.
Y me obligué a permanecer en este estado de mediocridad en donde hasta lo que como esta medio vencido, como para tirarlo al incinerador y no lo saboreen ni las moscas.
Ser adultos nos convierte en algo desagradable. Primero, el deber de ser correcto, ocuparse de los asuntos "importantes". Dejar el pleihteishom. Ya no más emoticones en los escritos. No escribas lo que piensas en facebook, que algunos niños rata y algun@s viej@s se enojan y van a mover sus dedos para joderte el día. No vayas a poner tus argumentos, porque acá hay gente en proceso de magíster o doctorado. Noooooo, calladita e inmóvil, te dijeron. Ya no hay inmunidad cuando tienes la edad de la razón. Menos cuando te amarran con un diploma que hay que fotocopiar porque les da flojera revisar los archivos de inscripción de profesionales relativos al área. 
Pero bueno, uno suele aceptar cabizbajo estas leyes implícitas y después refunfuñar contra ellas. Mal. Porque protestar contra ellas implica cagarse de hambre, posponer la obligación de devolver lo prestado. 
Que no se malinterprete. Me gusta lo que hago, amo mi profesión con toda mi alma y tal vez con toda la nefasta ignorancia que aun abunda en mi cabeza. Me gusta lo que estoy viviendo, quizá no al cien, por motivos relativos a la vida misma. Lo que molesta de todo es justamente esos detallitos de la vida humana. Como el hecho de tener que abstenerme de opinar en base a mis reflexiones. Porque se molestan, porque alguien fuera de mis permitidos se da el derecho de fisgonearme por sobre mis derechos, y predisponerse ante mí por lo que expongo. Como el hecho de ver que existe ropa para diferentes ocasiones, y no puedes ir de cualquier forma. Mal. Como el hecho de ya saber pa donde va mi NO fe. Ya no estoy dispuesta a creer en cosas que no fomentan la paz. ¿Para qué necesitan enojarse con lo que hacen los demás? ¿Para eso es tu fe? ¿Para mandar al infierno, y sentirte a salvo porque vas de terno o vestido elegante a cuanta reunión van otros?. No me parece justo que te sientas tan lleno de Dios porque hagas lo que consideras bueno para salvarte, y no porque te nace de lo más profundo de ti mism@.
Y eso es lo que a veces me hace pensar en mil proyectos creativos, trabajar y armar material, artesanía, escribir (como por fin lo hago hoy), pero me detiene. Ser adulto. Tener que ser adulto en la forma incorrecta. Como si crecer quisiera parecerse a hacer TODO lo que NO te gusta.
Ser adulto debiera ser considerado en este tiempo un vil crimen.

Kabul, 2009


somos libres al escribir

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